COMO LOS BANCOS (NO-) CHILENOS SON DESCARADOS
El dolar de la miseria?Sus ejecutivos hacen gárgaras con la solidez del sector, pero nada dicen de la miopía que lo ha convierte en obstáculo para el crecimiento, denunciada severamente por el nuevo Premio Nobel de la Paz.
El mismo día de la llegada del famoso autor del libro “El banquero de los pobres” y candidato al Premio Nobel de Economía, la Comisión de Hacienda del Senado celebraba un encuentro de alto nivel para examinar la lentitud con que el sistema bancario está traspasando a los clientes los recortes de tasas de interés decretadas por el Banco Central. El presidente de la Asociación de Bancos reconoció que los créditos hasta 200 Unidades de Fomento, es decir aquellos destinados a las personas de menores recursos dentro del universo de quienes gozan del privilegio de acceso al crédito bancario, no se han beneficiado en absoluto de las rebajas de los tipos de interés. Se trata de préstamos de consumo y vía tarjetas de créditos. ¡Y después nos extrañamos de que la demanda permanezca congelada, dificultando la reactivación!
de la Enciclopedia Libre Wikipedia Dr. Muhammad Yunus (Bengalí: মুহাম্মদ ইউনুস, pronunciado Muhammôd Iunūs) (Chittagong, 28 de junio de 1940), es un banquero y economista de Bangladesh. Es el desarrollador del concepto de microcrédito (ideado por el pakistaní Dr. Akhter Hameed Khan). Los microcréditos se tratan de pequeños préstamos a personas humildes que no califican para un préstamo bancario tradicional. Fundador del Banco Grameen, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz "por sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social y económico desde abajo". |
Lástima que la Comisión de Hacienda no haya invitado al economista bengalí, que ese mismo declaraba: "El sistema de créditos tradicional está hecho para los ricos, por lo que es necesario tener estructuras para prestar recursos a la gente pobre”. El Grameen Bank (o Banco de la Aldea, en bengalí) surgió hace un cuarto de siglo en Bangladesh, bajo la premisa de que los pobres no necesitan asistencialismo, sino préstamos para desarrollar sus actividades. Por ello, ideó un sistema de microcréditos a las personas de más bajos recursos que hasta la fecha ha generado 2,5 millones de clientes, prestando cerca de US$ 3 mil millones con un promedio de US$ 200, es decir unos 130 mil, por persona.
Los postulantes tienen que demostrar que son pobres, es decir que carecen de posibilidad de acceso al crédito bancario tradicional, y se comprometen a utilizar los recursos en un proyecto productivo, no para consumo. Para asegurar el pago, los préstamos no se conceden individualmente sino a dos dúos. Si el primero no paga según lo pactado, el siguiente dúo no recibe su préstamo, configurándose así una "cadena de confianza". ¡Funciona!: la tasa de devolución en ese empobrecido país, castigado a menudo por desastres naturales como ciclones o terremotos que dejan cientos de miles de muertos, bordea el 98%, muy superior a la que se anota en la banca tradicional.
Y QUE HA SUCEDIDO CON ESTAS INICIATIVAS?
En la Comisión de Hacienda del Senado se concluyó que la intensificación de la competencia es la única vía por la cual se puede inducir a los bancos a reducir el costo de los créditos. Por eso se celebró la iniciativa gubernamental de rebajar desde 800 mil a 400 mil Unidades de Fomento la exigencia de capital mínimo para constituir un banco, lo que podría incentivar la creación de nuevas entidades en un sector en el que han proliferado en los últimos 15 años las fusiones, las cuales han redundado en una creciente concentración.
¿Sacaremos algo con tener más bancos si sus ejecutivos siguen atrapados en una mentalidad mercantilista, en prejuicios añejos, en un enfoque clasista y en perjuicio de los pobres? ¿No estará la solución más bien, sobre todo por parte de un Gobierno que hace gárgaras con eso del crecimiento con equidad, en apoyar vigorosamente experiencias al estilo del Grameen Bank?
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